XVIII Congreso Nacional de Ciencia y Tecnología (APANAC 2021)
El urbanismo y la arquitectura tradicional como ejemplo frente a la COVID 19
Arroyo Duarte, Silvia
Universidad de Panamá, Facultad de Arquitectura y Diseño (FADUP)
Sistema Nacional de Investigación (SNI)
Panamá, Panamá
[email protected] / ORCID:0000-0001-9801-7115
https://doi.org/10.33412/apanac.2021.3230
Abstract
This work arises from a research on traditional urbanism and architecture from Panama found in the Azuero region. It has been possible to analyze that traditional urbanism is a branch of colonial urbanism, while traditional architecture arises from a group of influences through documentary research and field research. These traditional and historical settlement patterns, much more resilient, have a series of characteristics that mark them as an urban and architectural example in the face of COVID-19. Something to keep in mind when solving current problems caused by the pandemic.
Keywords: urbanism, architecture, traditional, Panama, COVID-19
Resumen
Este trabajo surge de una investigación sobre el urbanismo y la arquitectura tradicional de Panamá que se encuentran en la región de Azuero. A través de la investigación documental y la investigación de campo, se ha podido analizar que el urbanismo tradicional es una rama del urbanismo colonial, mientras que la arquitectura tradicional surge de un cúmulo de influencias. Estos patrones de asentamiento tradicionales e históricos, mucho más resilientes, tienen una serie de características que los señalan como ejemplo urbano y arquitectónico frente a la COVID-19. Un dato para tener en cuenta al resolver los problemas actuales causados por la pandemia.
Palabras claves: urbanismo, arquitectura, tradicional, Panamá, COVID-19
Introducción: urbanismo y arquitectura tradicional.
1.INTRODUCCIÓN: URBANISMO Y ARQUITECTURA TRADICIONAL
Este trabajo surge como parte de una investigación sobre el urbanismo y la arquitectura tradicional de Panamá, que busca resaltar y dar a conocer sus valores a través de un estudio actualizado. El trabajo realizado incluye, por un lado, investigación documental -tanto gráfica como escrita- enfocada en la documentación histórica. Por otro lado, se basa en la investigación en campo: visitas, entrevistas, observación y toma de datos en la región de Azuero. La hipótesis indica que el urbanismo y la arquitectura tradicional de Panamá se pueden presentar como ejemplo urbano y arquitectónico frente a la COVID-19.
Explica José María Martín que la historia no solo tiene una función de documentación de los hechos, también sirve de experiencia para no repetir los errores cometidos o de modelo para replicar las buenas prácticas tomadas por nuestros antepasados [1]. Siguiendo esta misma línea, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS por sus siglas en inglés) publicó en el 2019 el documento “El futuro de nuestros pasados”. Tiene el objetivo de incrementar la participación del patrimonio cultural en el cambio climático (estrechamente relacionado con esta pandemia). En este informe, ICOMOS recomienda aprovechar diversos sistemas de conocimiento (tradicionales, originarios, espirituales y de investigación), que presentan herramientas para la respuesta climática y brindan una guía para la adaptación y resiliencia. Por ejemplo, promover el uso de patrones de asentamiento tradicionales e históricos [2].
Figura 1: Arquitectura de quincha en La Palma, Los Santos (foto de la autora).
En el caso de Panamá, algunos de estos patrones de asentamiento tradicional los encontramos en la región de Azuero, y se basan en tipologías de construcción que surgen de varias influencias. Entre ellas, la arquitectura tradicional indígena que encontramos en las comarcas. Se sabe que, a partir de la llegada de los españoles al istmo, el descubrimiento y la colonización toman pronto, por tierra, una dirección hacia el oeste de la ciudad de Panamá. Los asentamientos prehispánicos se convirtieron en “pueblos de españoles”. El urbanismo y la arquitectura española se prolongan en América, modificados para adaptarse a las nuevas condiciones con ayuda de los locales. Estos asentamientos, hoy en día conocidos como pueblos, presentan ciertas características como: una plaza central, calles ordenadas -que no llegan necesariamente a formar una retícula-, diseño de acuerdo con los vientos. En las afueras se mantienen las viviendas aisladas y en el centro, las casas poseen amplios portales para proteger de la lluvia y el sol. Todavía se conservan algunas construcciones de tierra o “quincha” [3].
Sobre los fenómenos que están ocurriendo referentes al urbanismo y la arquitectura en relación a la COVID-19, el sociólogo Eric Charmes bautizó la tendencia de los habitantes de la ciudad a salir del centro como la “venganza de los pueblos”: una dinámica que ha surgido desde hace algunos años en las grandes ciudades europeas, pero que se ha fortalecido en los últimos meses debido a la emergencia Covid-19, lo que destaca trágicamente las desventajas de las áreas más densamente pobladas en términos de riesgo de contagio [4].
2. método
El trabajo realizado incluye, por un lado, una investigación documental -tanto gráfica como escrita- en la que se trabajó buscando información en los documentos de la Biblioteca Nacional, del Sistema de Bibliotecas de la Universidad de Panamá (principalmente las tesis), los archivos españoles a través del sistema PARES (Portal de Archivos Españoles) y demás información digital.
Por otro lado, el proyecto también incluyó investigación en campo. Se realizaron visitas a la región de Azuero con la intención de observar el trabajo y entrevistar a los actores o personas relacionadas con el tema. Especialmente los maestros de obra y sus ayudantes, que son los que preservan la tradición intangible de la arquitectura tradicional. También se aprovechará visitaron pueblos y se realizó observación “in situ”, verificando la utilización de medidas coloniales, como la lumbre (equivalente a cinco varas o 4,21 metros), en las viviendas tradicionales de construcción en quincha.
3. Resultados: ¿qué sabemos del urbanismo y la arquitectura tradicional?
Panamá, surge a modo de puente entre norte y sur América, que actúa como corredor comunicador y repercutió en la dispersión de gentes, agricultura y tecnología desde hace más de 11,000 años [5]. A partir de 1492 llegan los europeos a América y, al poco tiempo, la colonización y conquista lleva a los españoles al oeste, lo que hoy en día se conoce como la región de Azuero. La población se ha asentado en esta zona desde la época prehispánica hasta nuestros días [6].
Es posible que todos estos pueblos se hayan distribuido y regado por la sabana (tierras bajas del istmo en el Pacífico) sobre asentamientos prehispánicos. Empezaron como caseríos o grupos de casas dispersas y aisladas unas de otras (probablemente ranchos pajizos), rodeadas de árboles y ubicadas cerca de un camino. Al llegar los españoles van adaptando estos asentamientos al urbanismo colonial, por ejemplo, en la dimensión de plazas y posición de las iglesias [3]. Hoy en día a estos asentamientos los conocemos como “pueblos”, que representan la forma típica del “centro rural” [6]. Estos pueblos mantienen la plaza como centro del trazado urbano y alrededor la iglesia, los edificios gubernamentales y las viviendas de la élite. Aparecen los portales corridos alrededor de la plaza (reemplazando a las arcadas o pórticos que se dan en algunas ciudades coloniales) [7].
En esta región se desarrolló lo que podemos llamar el urbanismo tradicional, que se puede considerar una rama del urbanismo colonial que, en el caso de Panamá, se caracteriza por encontrarse en asentamientos del interior del país que no compitieron con las principales ciudades del istmo. El pueblo es el ejemplo típico del urbanismo tradicional y se deriva del modelo colonial que menciona Jorge Hardoy: sencillo, práctico y rápido de construir, sin necesidad de técnicos. Se reconoce por “su trazado… [irregular] con la plaza central, por la ubicación de los elementos jerárquicos -la catedral, la casa del cabildo…alrededor de la plaza- por el simple perfil chato de la ciudad, apenas quebrado por las torres de las iglesias…” [8]
En el caso de la arquitectura tradicional, es el cúmulo de muchísimas influencias, por ejemplo: las viviendas coloniales, andaluzas, romanas y árabes, que tienen en común que son “pensadas desde dentro”, “introvertidas” o “cerradas hacia afuera”, centradas en el patio o le dan importancia a este espacio, presentan en la planta baja el espacio público y en la planta alta el espacio privado, con acceso a través de un zaguán [9].
Sobre su tecnología constructiva, se le conoce como la quincha, un sistema para construir paredes a partir de una estructura de cañas o reglillas de madera colocadas horizontalmente sobre un armazón y repelladas con barro en ambas caras [3]. Cabe mencionar que, al igual que la vivienda tradicional indígena panameña, utiliza materiales perecederos como se menciona desde 1637 de acuerdo con los escritos de Fray Antonio de Rocha [6].
Figura 2: Armadura de par e hilera para una casa de quincha en el Sesteadero, Los Santos (foto de la autora).
Asimismo, Eduardo Tejeira Davis explica que la estructura de madera que soporta la construcción y su cubierta son similares a las de las iglesias coloniales [4]. Este tipo de armadura o estructura que soporta la cubierta se le conoce como de par e hilera (o parhilera). Está compuesta por pares, que forman la pendiente de la cubierta, apoyados en su parte inferior en las soleras, siendo su remate superior en la hilera. Su inclinación es muy fuerte, entre unos 38 y 45° [10]. Ver Figura 2.
Por último, se pudo observar que para la construcción de una vivienda de quincha se mantiene la utilización de las medidas coloniales como la lumbre (equivalente a cinco varas o 4,21 metros) o la vara (equivalente a 0,8358 metros), así como medidas estándar para los intercolumnios o espacios entre pilares o columnas (especialmente en los portales).
4. CONCLUSIONES: el urbanismo y la arquitectura tradicional frente a la covid-19
Figura 3: medidas de intercolumnios en una vivienda de quincha (foto de la autora).
A través de esta investigación se ha podido concluir que el urbanismo y la arquitectura tradicional de la región de Azuero se presenta como modelo urbano y arquitectónico frente a la COVID-19. El urbanismo tradicional está basado en los portales. Estos se convierten en uno de los espacios más importantes de la vivienda tradicional de Azuero. Estos se han convertido en el equivalente a los balcones en algunos países del Mediterráneo: “los baluartes de la nostalgia” y “fortines de resistencia” en medio de la pandemia, un “símbolo de la comunidad” que nos dice que lo virtual no basta y que se necesita la manifestación física [11]. Estudiando sus medidas, se observa que mantienen el distanciamiento físico e incluso se puede entablar conversación con el vecino sin romperlo.
La arquitectura tradicional tiene en su interior espacios amplios, ventilados y no impacta al medio ambiente. Esto proviene del cúmulo de muchísimas influencias, principalmente la indígena y la colonial. Se reconocen estas influencias, por un lado, porque se mantienen los conocimientos tradicionales de la cultura indígena al obtener los materiales de construcción. Por otro lado, porque tanto los nombres como las medidas se mantienen desde la época colonial, de acuerdo con las entrevistas a maestros de obras locales.
Hasta la fecha, la provincia de Los Santos, que forma parte de la región de Azuero y mantiene (principalmente las medidas o dimensiones de) su urbanismo y arquitectura tradicional, se encuentra actualmente como la tercera provincia con la menor cantidad de casos de COVID-19, solo después de (sus influencias) las comarcas indígenas.
Todos estos datos indican que es importante mirar a nuestro pasado y, sin imitar o copiar, tener de referencia los conocimientos de nuestros antepasados para resolver los problemas actuales.
Referencias
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