Premios literarios de la UTP
Para empezar por el “principio”

Prof. Héctor Collado
Difusión Cultural
Secretaría de Vida Universitaria
Universidad Tecnológica de Panamá

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“Si queremos ayudar a construir la paz un ladrillo hay que llevar, una flor, un corazón una porción de sol y estas ganas de vivir”.
Víctor Heredia

El camino a la excelencia no es un trazo marcado dibujado en medio de la nada, se trata de un sendereo que se irá bifurcando según se agigante nuestro interés de ser mejor como comunidad. El mejoramiento continuo lo aporta el ojo avizor que vive pendiente da cada innovación o del aporte que pueda ser significante de aquello que ya existe.

La Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) es conocida, entre propios y extraños, por su importante propuesta en materia cultural.Sinquerer entrar en competencia ha mantenido de manera sostenida tres Premios Literarios de gran importancia para la región, en el caso del Premio Centroamericano de Literatura Rogelio Sinán, creado en 1996 y el Premio Nacional de Cuento que lleva el nombre de otro insigne escritor José María Sánchez, y más recientemente, el Premio Nacional de Literatura Infantil Hersilia Ramos de Argote, creado con motivo del centenario de la maestra y escritora aguadulceña. Las tres convocatorias se celebran cada año con una importante participación de autores de las diferentes ramas en que se alternan; cuento, poesía, novela.

Un premio literario dentro de una universidad cumple el honorabilísimo deber de completar el perfil humano, que es la condición que le da el carácter a la Universidad. Se potencia en nuestro caso, el binomio tecnología y cultura, materia y campo… Es el afán de esta Casa de Estudios contar con egresados que se eduquen, se formen en la inteligencia de que el conocimiento, lo técnico es importante pero, que como humano esté convencido de que hay más.

A la fecha contamos con numerosos títulos e igual cantidad de galardonados que adicional se constituyen en el acervo literario del país. Se trata de más de cincuenta títulos entregados a la nación, cada uno, una forma diferente de pensar, de sentir, de comunicar conocimiento, creatividad y admiración por las cosas de la vida. Y todo utilizando las herramientas del lenguaje, las básicas y las complejas. Porque en definitiva el hombre, el ser humano es lenguaje, fuera de ello no existe. Pues si no te nombro con una palabra, que es lenguaje, no existes. Nada existe.

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Por ello que celebramos cada convocatoria, cada fallo, cada entrega de premio, cada presentación de libro, como un ejercicio de libertad que se genera desde el quehacer humano que nos hace más inteligente y nos acerca a Dios.

Aquel que se ha empeñado en la labor de emborronar cuartillas para hacer un libro sabe lo que cuesta, pero también sabe lo que vale, por ello renovamos votos cada año, por esos centenares de manuscritos, por no decir que miles, que han pasado por el escrutinio de los jueces para optar por los premios. Si bien es cierto hay un reconocimiento en metálico dos mil balboas, aportados por la empresa SUCASA (en el caso del José María Sánchez y el Hersilia Ramos de Argote) y, diez mil balboas para el Premio Rogelio Sinán, hasta hace unas pocas fechas, auspiciado por el Inac… Además se sostiene con otros aportes que hacen importantes empresas e instituciones del país como la Lotería Nacional de Beneficencia, la Caja de Ahorros, el Banco Nacional y el Hotel Torres de Alba, entre otras.

La labor editorial que se genera, en virtud de la publicación de los libros, es otro hito que sitúa la prestancia de la Tecnológica, por ejemplo en la Feria del Libro, misma en donde se presentan las memorables Galas Literarias, expresión en donde el público que participa en la presentación del producto final de nuestros afanes se regala oportunidad de interactuar con los escritores.

Insisto: el camino lo hacemos entre todos y, llevando cada uno su fardo de conocimiento y su ladrillo para seguir construyendo el camino. No es fácil, nadie lo ha dicho, los sueños están hechos de realidades. Hay que martillar insistente como un latido si queremos construir.

Digamos: si antes, todos los caminos conducían a Roma, hoy nuestros caminos deben llevarnos de manera indefectible a la excelsitud.