Recordar la Vida
Dr. José Guillermo Ros-Zanet
Hace aproximadamente cuarenta años viajé a Medellín (Colombia), para realizar, en la Universidad de Antioquia, estudios de Postgrado. Un curso de Pediatría Social y Clínica: una visión sociológica, sanitaria, cultural, económica de la Pediatría...Una visión integral de la Medicina Pediátrica, de la enfermedad y la salud en el niño; visión que era ya mi DESIDERATUM, desde los mas tempranos años de mi ejercicio médico.... Para este entonces era yo Médico Residente del Hospital del Niño.
Mi permanencia en Medellín fue un tiempo de profundas vivencias intelectuales, afectivas y espirituales, y en lo académico y en lo profesional... ¡Y sigue siéndolo!
Un médico antioqueño de sólida formación pediátrica, el Dr. Rodrigo Solórzano, fue el director del Curso... Y un gran médico y respetado humanista, el Dr. Héctor Abad Gómez, era el profesor titular de la Cátedra de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Antioquia (Cátedra dentro de la cual se realizaba el curso). Y fue un gran amigo.... De él releo a menudo un libro suyo (Póstumo) admirable: Manual de tolerancia... algo que él quería para Colombia... él murió hace varios años a manos de terroristas urbanos, de intolerantes...Dolorosa Colombia...
El grupo de estudio lo formamos médicos Pediatras (pronto grandes amigos), procedentes de diversos países (Colombia, Brasil, Perú, Uruguay, Paraguay, Venezuela).
Con varios de ellos, al terminar el curso, mantuve durante años, una correspondencia enriquecedora... que ya cesó... Con los años, sus hijos o sus familiares más cercanos comenzaron a contestar mis cartas comunicándome dolorosos fallecimientos...Algo acababa de pronto, pero un sentido grande de amistad quedaba en mi alma, en mi corazón, para siempre.
Acaso fui yo el más joven del grupo; junto con "Luchía", la menuda doctora brasileña. Me hospedé los primeros días en el Hotel Nutibara, y luego me mudé a las Residencias Nutibara (El edificio estaba situado frente al Hotel). Tenía también habitaciones muy cómodas, pero mucho más económicas que las del hotel. Estaban concebidas para alojar a personas que debían permanecer meses, y no días, en la ciudad de Medellín. Este fue un tiempo, lo repito, de profundas vivencias intelectuales, afectivas y espirituales.
Muchos días me levanté a las 5:40 de la mañana para escuchar los discursos y las proclamas de Jorge Eliécer Gaitán: Una emisora se especializaba en hacer hondo presente el pensamiento vivo de este ser superior... Palabra encendida... Y hubo a esas horas otros programas radiales, políticos y culturales... Tiempo de ideas.
Los días sábados, por lo general, acudía a las bien surtidas librerías antioqueñas, Adquirí libros importantes. Cada semana (algunas veces cada 15 días) compraba el periódico que publicaba el sacerdote rebelde y guerrillero, Camilo TORRES (Hoy recuerdo también al otro Camilo grande, a Cienfuegos... A ellos, tal vez, no se les dejó morir su muerte...). Su palabra, estaba llena de iluminantes utopías que crecían llenas de mundo.
Recuerdo con frecuencia el día en que viajé a un pueblo cercano a Medellín (el antiguo Hatoviejo, y hoy, Bello), a visitar la humildísima cabaña (protegida por una cúpula de cristal) en donde nació y vivió de niño el inmenso Marco Fidel Suárez (nació el 23 de abril de 1855, y murió el 3 de abril de 1926)... Su dulce madre (Rosalía Suárez), humilde lavandera, iluminó su infancia y su vida, y él se encargó de iluminar la vida de Colombia.
Desde muy niño asistió cada día, a la escuela, para llegar a la cual debía realizar una larga caminata (iba descalzo)... Vivió en pobreza, pobreza a la que nunca miró como un obstáculo para su crecimiento y desarrollo humano integral... (Para el hombre superior, para el niño superior, la pobreza no es condenación)... Y así ascendió hasta la Presidencia de su gran país... Gran señor de la jurisprudencia y del lenguaje, y de la vida superior de su país y de América en el Espíritu.
Este era el tiempo en que la Iglesia, Madre y Maestra, se preparaba para la puesta al día del tiempo, y su tiempo desde los tiempos...Preparación para el gran encuentro de Medellín (1968). Luego vendría Puebla...Asistí muchas veces a las aulas de la Universidad Católica para escuchar las conferencias de obispos y seglares sabios; que hablaban, con profundidad de la amarga e injusta realidad de América y del hombre americano. Doctrina Social de la Iglesia. Honda Teología del amor humano, y de la vida humana natural y sobre-natural... Del amor a la vida toda y al entorno de la vida...
Hoy recuerdo, conmovido, tiempos de Colombia grande y dolorosa.... Colombia del reconocimiento y del martirio...; del odio entre hermanos y de la comunión fraterna... Colombia de vidas y de muertes inmensas. Y recuerdo también a amigos lejanos; y tiempos y vidas, (un ascenso encendido de edades y de vidas) que los años ya no podrán apagar.
Hoy los años y los siglos nos hacen recordar la vida (he vivido en dos siglos)...Y memoró: Sé lo que es el recuerdo: es un comienzo y es volver a nacer donde hemos muerto, como digo en mi libro Ceremonial del Recuero (Primer Premio Nacional de Poesía Ricardo Miró, 1954...Hace medio siglo).
Panamá, marzo de 2004.
Tomado del libro DEL SER PANAMEÑO, de literatura e Identidad y de la Realidad Nacional (De un conocimiento para alcanzar más conocimiento).