Entrevista al Ing. Simón Villa Arango
Innovación Tecnológica en América Latina
Ronald Barazarte
Universidad Tecnológica de Panamá Facultad de Eléctrica
DOI https://doi.org/10.33412/pri.v9.1.2054
Simón Villa es un científico innovador, colombiano - paisa, nacido en la ciudad de Medellín. Su formación profesional lo ha llevado de Colombia, donde obtuvo su grado como ingeniero biomédico, en la Universidad EIA (Escuela de Ingeniería de Antioquia), en colaboración con la Universidad CES (Corporación para Estudios en la Salud), a Inglaterra, donde realiza un doctorado en ingeniería biomédica en el área de pruebas cerca al paciente con City, University of London. De vuelta a Colombia, luego de un par de años trabajando en investigación, fundó la incubadora de patentes y tecnologías - Incubba y donde actualmente se desempeña como jefe de innovación tecnológica de la Universidad EIA.
Durante su paso por el colegio y al inicio de su carrera universitaria practicó atletismo de alto rendimiento, particularmente salto alto, donde representó a Colombia en varios certámenes internacionales en las categorías juveniles y menores. Nos dice Simón, que ese paso fugaz por el deporte le enseñó la importancia del rigor y la perseverancia para alcanzar los objetivos que uno se plantea en la vida, y que posteriormente esta valiosa enseñanza la aplicó en un área muy diferente, la investigación. Mientras realizaba investigaciones durante sus estudios de ingeniería, y luego durante su doctorado en ingeniería biomédica, comenzó a interesarse en lo que pasa luego de que se investiga y se desarrolla una tecnología. Fue entonces cuando inició su trabajo en el área de innovación tecnológica, y fundó Incubba.
¿Qué es Incubba?
Es un programa de innovación tecnológica de la Universidad EIA que busca potenciar las exportaciones de alta tecnología de la región, no solo del país, a través del uso de metodologías innovadoras y de la aplicación de los conocimientos técnicos de expertos de la universidad EIA.
Todo empezó con una pregunta, ¿cómo podemos incrementar el número de tecnologías transferidas a la industria y a la sociedad y que son desarrolladas por la universidad?
Realizamos un gran estudio sobre los diferentes factores que están relacionados con los productos y los resultados de las actividades de I+D de la Universidad, y hago énfasis en productos y resultados porque son bien diferentes. Los productos están relacionados con solicitudes de patentes, publicaciones científicas, eventos de apropiación social del conocimiento, entre otros; mientras que los resultados están relacionados con los beneficios económicos, académicos y culturales que estas generan. Solo así podemos entender en su totalidad el significado de la palabra innovación. Esa "i" pequeñita que usualmente ponemos al lado de I+D y que se ha perdido en nuestro ecosistema, entendiéndose ahora como algo nuevo, y no como un beneficio tangible y un impacto sostenible para la sociedad.
Este estudio nos permitió comprender que todos los esfuerzos que hemos realizado en materia de innovación tecnológica están enfocados en cambiar la respuesta a esa pregunta, cuándo realmente debemos cambiar la pregunta misma…Como dijo el físico español Jorge Wagensberg, "Cambiar de respuesta es evolución, cambiar de pregunta es revolución".
La respuesta a la pregunta original derivaba en estrategias reactivas, particulares y de corto plazo. Necesitamos preguntas que nos permitan generar respuestas con estrategias proactivas, generadoras de cultura y de visión.
Nuestra pregunta entonces se convierte en "¿Cómo desarrollar tecnología que sea pertinente y relevante para una sociedad cambiante como la nuestra y que permita tener un impacto a nivel internacional?"
Así nace Incubba, como una visión de futuro, un facilitador de procesos de innovación, un generador de metodologías, un transformador de problemas en soluciones y más importante aún, como una oportunidad de transformar nuestra posición en el mundo y convertirnos en un motor de la innovación para la región.
Como siempre he dicho, "el presente es de los soñadores, pero el futuro, el futuro pertenece a aquellos que se atreven a despertar y hacer ese sueño una realidad". Y por eso comenzamos a trabajar.
Partimos de la generación de alianzas de valor, y firmamos un memorando de entendimiento con el Banco de Desarrollo de América Latina CAF, lo que nos permitió utilizar herramientas como el Método Acelerado para el Desarrollo de Patentes Tecnológicas CAF.
En noviembre de 2018 se cumplen 20 meses de haber iniciado actividades y en total hemos participado de manera conjunta con CAF en la Implementación de talleres en siete países (Panamá, Ecuador, Chile, Paraguay, Cuba, Perú y Colombia).
Principales logros de INCUBBA
Incubba ha fortalecido las alianzas con las empresas colombianas, realizando actividades de innovación con más de 30 empresas del país y se han iniciado actividades de formación a empresas con aliados como Tecnnova y el Sena.
Además, hace poco se firmó un convenio de cooperación técnica en materia de innovación tecnológica con la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología de Guatemala para desarrollar un sistema de gestión orgánica de la innovación tecnológica patentable y se implementó un primer taller y múltiples actividades de acompañamiento a universidades y empresas del país centroamericano.
La validación de estos programas es fundamental, y por eso se solicitó, en representación de la universidad EIA, el ingreso al grupo de desarrollo tecnológico de la Organización de Estados Americanos (OEA), para seguir difundiendo y validando el programa de Incubba. Con la OEA se ha apoyado la ejecución del HUB de comercialización y transferencia de tecnología para las Américas que tuvo su más reciente edición en Chile y que próximamente se plantea trasladar a Colombia.
El Banco de Desarrollo de América Latina CAF ha jugado un papel fundamental en nuestro crecimiento y gracias a su apoyo hemos consolidado una estructura sólida y quizás lo más importante, sostenible, para trabajar de la mano de la industria y la sociedad, con el objetivo de generar un desarrollo sostenible fundamentado en la protección de nuevas tecnologías disruptivas.
En su opinión, ¿por qué se originan tan pocos productos tecnológicos en América Latina?
Hay varios elementos económicos, sociales y culturales que se unen para prevenir que demos el salto hacia el desarrollo sostenible de productos tecnológicos con potencial de exportación en nuestra región.
Personalmente creo que desde pequeños somos formados para evitar tomar riesgos, para seguir órdenes y para replicar las buenas prácticas que otros tienen, y esto hace que nos quedemos y seamos reactivos, que busquemos las mejores prácticas en vez de buscar desarrollar las siguientes prácticas, que cuando nos hablen de una nueva tecnología no prestemos atención y más bien preguntemos ¿qué tecnología se vende bien en otros lugares y cuánto cuesta traerla a mi país? También tenemos el tema de desconocimiento, desconocimiento de mecanismos de protección y de valorización de las tecnologías que se desarrollan y que permiten aumentar la competitividad de las empresas y que les permite incluso ingresar con más seguridad a mercados internacionales.
¿Cuál es su visión del futuro de la innovación tecnológica en América Latina y qué papel crees que jugarán las universidades, las empresas y los gobiernos en ese futuro?
El futuro de América Latina es brillante, programas como la Iniciativa regional de patentes para el desarrollo de CAF, así como el HUB de la OEA y el apoyo creciente de las altas autoridades de ciencia y tecnología de los países, están preparando el terreno para que tanto la industria como la academia fortalezcan sus capacidades y comiencen a mostrar resultados contundentes en innovación tecnológica. Sin embargo, este futuro solo se dará si tanto la industria como la academia comienzan a trabajar juntos y con la sociedad y el mercado como orientadores de los desarrollos.
La participación de los gobiernos es fundamental, no solo aportando los recursos necesarios para lograr resultados competitivos con otros países que ya superan en inversión en ciencia y tecnología el 2.5% de su producto interno bruto, mientras que en Latinoamérica no llegamos en muchos países ni al 0.5%, sino también con programas de fomento que estén orientados en resultados, no en productos como tradicionalmente se ha hecho, y programas que incluyan, aparte de la realización de proyectos, la formación y estructuración de oficinas de gestión de innovación y personal altamente capacitado para operarlas.